Esta región alberga uno de los lugares religiosos más importes del país, la cual es denominada “La capital Centroamericana de la Fe”, cuya insignia es La Basílica del Santo Cristo Negro de Esquipulas, donde llegan centenares de peregrinos para visitar al Cristo Negro de Esquipulas a lo largo del año y en especial el 15 de enero. Es una obra barroca del siglo XVIII, la Basílica del Santo Cristo Negro de Esquipulas es considerada el templo católico más grande de Centroamérica y es monumento histórico y artístico desde el 12 de junio de 1970. Tiene cuatro torres de campanario, consta de tres naves, una cúpula que ilumina de forma natural el interior, un atrio delimitado por 6 columnas y tiene lámparas de plata con almendrones de cristal cortado. La Basílica es visitada por peregrinos durante todo el año para ver la Milagrosa Imagen del Señor de Esquipulas, el Cristo Negro, que fue esculpida en madera de cedro por el escultor Quirio Cataño. Al Cristo Negro se le atribuyen milagros y se pueden ver ofrendas y placas de veneración, durante el recorrido hacia la observación y contemplación de la imagen.